jueves, 10 de noviembre de 2011

CELSO PIÑA INAUGURACION 6a Muestra de Artes Escenicas

Celso Piña
Inauguración de la 6a muestra de Artes Escénicas

Por TESPIS

Con un retraso insólitamente breve para estos eventos, apenas 10 minutos, se inauguro la 6a Muestra de Artes Escénicas de la ciudad de México. Tal vez el proyecto mas interesante y consolidado de la Secretaria de Cultura del DF. Claro, cuando intervino la Secretaria de Cultura, Elena Cepeda, no falto el reventador que gritara desde gayola, “Siempre haciendo Campaña”, a lo que la secretaria le respondió con soltura. “Claro, siempre haciendo campaña por la cultura”, en medio de los aplausos que recibieron su respuesta que ademas estaba apoyada en el hecho presente de inaugurar esta muestra.
Dejando afuera lo anecdótico comento que tiene un buen tiempo de que no veo prendido el plafon del Teatro Esperanza Iris, el ultimo chisme hace ya bastante tiempo es de que se había quemado la instalación, pues meses van y vienen y aquello no se corrige, esperamos que no se comience a deteriorar el segundo teatro mas antiguo y tal vez el mas bello del DF.
En fin. Lo tropical nunca ha sido mi genero. Todos lo conocemos pues estamos expuesto a el en cualquier medio de transporte publico, restaurancito, torteria etc. Pero a mi, no me va. Bueno, después de este enorme concierto con Celso Piña y su ronda Bogota, al menos su música ya entro a las preferidas.
Celso Piña, el rebelde del acordeón, se presenta llevando la música colombiana, cumbia específicamente, por una larga fila de países que han bailado sus ritmos, vale decirlo, irresistibles.
El escenario solamente a cámara negra, en el, distribuidos de manera equilibrada, los 7 miembros de la Ronda Bogota con jeans y camisas negras donde se lee grande al frente, Celso Piña, en blanco.
Comienza la música y dan la bienvenida a Celso Piña con su camisa Hawaiana en tonos azules y también jeans.
El Teatro tenia una muy buena entrada pero admito que me dio mucho gusto haber participado en esta lúdica desmitificación del espacio al transformarse el Esperanza Iris en el salón de baile mas grande de la ciudad .
Con el primer numero una parejita por ahí se paro y se fue a la orilla para menearse a gusto pero con penita; con la tercera rola, el mejor lugar en el teatro era pasillo. Toda la luneta estaba en pie, lo mismo que el mezanine y el primer piso y todos le entramos al zangoloteo.
El teatro se hizo un jubiloso salón de baile y cada rola era recibida con gritos y era cantada en varias ocasiones por el publico.
No conozco bien el repertorio de Celso Piña, pero su versión de Macondo me pareció gloriosa, lo mismo que la versión cumbia de “Comandante Che Guevara”, toco, claro, todos sus hits. El básico de un arpegio muy particular en acordeón que casi puedo asegurar todos conocemos, encendió aun mas al respetable. Lo mismo que una balada cumbia , muy buena letra por cierto, que el publico canto feliz.
Total, aquello parecía mas el Foro Sol que el Teatro de la Ciudad, aunque le trajo al clásico recinto, el ambiente de fiesta y gozo comunitario que debe tener toda sala de teatro.
En términos de show, Celso Piña sabe entretener a su publico. No habla mucho entre rolas, lo necesario para retomar el resuello, pero el y su cantante de apoyo, muy bueno también para animar, hacían comentarios breves, algunos chistosos, Celso con un gran desparpajo se dirige al publico. El espectáculo es especial, no es para verse, no hay mucho que ver. Celso durante el show se mueve para acá y para allá con su acordeón, al que maneja de manera impresionante, sacándole los matices que necesita y aprovechando las cualidades sonoras al máximo. Corretea haciéndole de avioncito con los brazos abiertos y baila de caderita haciendo que el publico se divierta y aúlle. Lo mas importante es su actitud ligera. No es un show para verse insisto, hay muy poco en ese sentido. No es tampoco para experimentarse como los del Buenavista Social Club, donde estas ahí por estar con las leyendas. El show de Celso es para bailarse. Así se expresa este tipo de show, bailalo y entablaras el dialogo con el artista. Celso y su grupo, muy experimentados en esto y se les nota, están ahí para hacernos bailar y lo consiguen.
De hecho todo el tempo del show me remitió directamente al ambiente de los “sonideros”, si, esos de barriada “La Changa “ y anexas. Porque en diversas ocasiones se dedicaron a mandar saludos desde el escenario y esa es una característica muy de esos bailes sonideros. Lo máximo es ser saludado por el artista o el DJ. Y el dialogo es informal, estamos acá para bailar, no para ver o analizar sesudamente. Celso Piña es un show muy divertido, pero no se quede sentado, levántese y muévase.
Destaco del show, las fusiones de cumbia con reggaeton, con hip hop y rap que hace Celso Piña, todo el tiempo checando el sonido y dando indicaciones, aclaro que el sonido estaba muy bien.
En un momento Celso invita a dos miembros del grupo de Hip Hop Poder del Barrio, directos de Iztapalapa y que son unos esplendidos raperos y ejecutantes de beat vox, a cantar una cumbia con ele improvisar raps, los chicos lo hicieron y muy bien. Este grupo de nueve jóvenes, aunque ahora solo subieron dos, han sido un real hallazgo artístico del sistema cultural de FAROS del DF , ¡World! Que buenos son. Numerazo que prendió y aplaudió el publico.
De remate Celso invito a una bailarina que también se subió de espontanea y a mover cadera en medio de aplausos. Creo que muy pocas veces he experimentado un ambiente tan de fiesta. Pienso que esa es la mejor definición del show, un ambiente de pachanga neta. Solo nos faltaba un “drink” en la mano.
Por lo que, si algún día ve usted anunciado a Celso Piña y quiere echarse un buen rato de baile con buena música, córrale y a mover calcetín. Lleve zapatos cómodos y olvídese de la pose. Muy, muy divertido y recomendable.

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