domingo, 20 de septiembre de 2009

Por favor, no mande riñones por correspondencia

Por favor, no mande riñones por correspondencia


Por

Tespis

En el Foro Sor Juana Inés de la Cruz allá en CU, se presenta de jueves a domingos este espectáculo sorprendente, físico y divertido de Richard Viqueira, José Alberto Gallardo y Antonio Zúñiga.

El titulo nos dice muy poco, el saber que trata sobre los textos reales de 3 asesinos seriales, Jack el destripador, El caníbal de la Guerrero, y el asesino de Virginia Tech el joven coreano que mato a 32 personas en su universidad para quien no se acuerde, aunque nos despierta un morbo natural, no nos prepara para lo que vamos a encontrar.

Cuando uno ve una obra de vanguardia de verdad, como esta, es parte del trabajo del crítico buscar una clasificación, al menos proponerla para que quede en la memoria escrita un análisis del trabajo realizado.

Hoy podemos decir que si existen de forma separada 2 corrientes en dramaturgia. La que podemos denominar como dramaturgia de historia, que es la común, la que puede tener variaciones en su forma y genero pero que finalmente cuentan un cuento de cualquier manera. Y, por otro lado, la dramaturgia que me atrevo a denominar como Dramaturgia de acciones escénicas que englobaría a las dramaturgias de vanguardia. La denomino así porque son obras que no relatan una historia, pueden comentarla a través de sus acciones, pero no usan una estructura discernible, encadenan de manera novedosa una serie de hechos escénicos que buscan provocar una reacción emotiva, intelectual o de asombro en el espectador respecto al tema sobre el cual verse la obra.

Suena atractivo para aquellos que no son capaces de escribir una historia coherente, pero, lograr un espectáculo interesante inventando un corpus dramático especifico para una propuesta no es nada fácil y muchos, por no decir casi todos, fracasan en el intento.

En este caso si estamos ante una dramaturgia de acciones, pero, que resultado tan interesante, entretenido y divertido hasta niveles que no podía anticipar. Cuando se abre, antes de la entrada al foro, la puerta de actores y asistimos al divertido e irreverente dialogo entre dos policías vestidos de putas que buscan atrapar a Jack el destripador, me dije, esto pinta para ponerse muy bien.

Acto seguido entramos al metamórfico espacio del Sor Juana para encontrarlo lleno de bruma y con maniquíes blancos colgados a diferentes alturas y con distintas posiciones, así como escaleras de mano que hacen practicable el foro hasta su tercer piso. Por ahí pende una silla de barbero antigua, de madera. Y en las paredes recargados, los tres autores actores, vestidos un poco a la usanza inglesa de la época de nuestro Jack The Ripper.

Y a partir de ahí, una divertida y a veces acida progresión de acciones, muchas veces violentas e intensas, para hablar en teatro sobre la violencia que nos ahoga el día de hoy. Pasa de todo, grafiti, colgar a una espectadora como piñata en la silla de barbero, un salto real desde el tercer piso hacia un colchón, golpizas de verdad y otras sorpresas que no comento para que se atreva a ir a disfrutarlas o a asustarse con ellas como si paso en la función en la que estuve.

Para lograr esto hace falta una dirección muy cuidadosa que la lleva de forma magistral el siempre original Richard Viqueira. Lo mismo que un elenco de actores que se conozca y se lleve muy bien entre si, como este caso en el que son amigos de años, de otro modo resultaría imposible trabajar algo como esto.

Actuaciones comprometidas y brillantes con un desgaste físico al borde del infarto, no hay un momento de descanso para los actores. Suben y bajan escaleras, corren, se cuelgan, gritan, bailan rap, se rasuran. No es un trabajo para tibios. O posees una técnica actoral solida o puedes lastimarte físicamente de manera grave.

Para dar una aproximación del sabor estético de esta obra, quizá lo más próximo seria la estética “grunge” tan actual hoy con sus manchones y trazos en apariencia accidentales. Si, podría decir que es una obra “grunge”.

Así que está dedicada mas para un público joven y atrevido aunque haya visto poco teatro, que a un público adulto convencional que seguro tratara de salir corriendo con el primer susto o se refugiara en su butaca rezando porque se acabe pronto. Pero si usted es atrevido, vaya, lo va a pasar muy bien porque además toda la obra tiene un gran sentido del humor, que va desde la escatología a la sonrisa intelectual más lograda.

Bravísimo a sus creadores interpretes aparte de Richard, José Alberto Gallardo y Toño Zúñiga por ofrecernos un concepto, novedoso, actual y divertido. Hasta para reflexionar sobre la violencia hace falta humor y ellos lo tienen y aquí nos lo comparten. Corra a verla.

sábado, 19 de septiembre de 2009

La Lengua de los Muertos

La Lengua de los muertos.


Por:

Tespis.

En el pequeño teatro El Milagro, David Olguin, estrena esta pieza muy ad-hoc con nuestros centenarios en horarios normales de jueves a domingo.

El teatro sobre temas históricos nacionales había estado huérfano de textos mucho tiempo hasta las dos piezas de Flavio Gonzalez Mello; “Lascurain” y “1822”, curiosamente ambas de gran éxito el cual deseamos se haga extensivo a esta nueva propuesta que abre de nuevo la visión dramatúrgica sobre nuestra historia.

La Lengua de los muertos, versa sobre la noche en que fue asesinado brutalmente Belisario Dominguez, es el enfrentamiento entre el ex - secretario de gobernación de Victoriano Huerta, el original “medico asesino” Dr. Aureliano Urrutia y el icono de la retorica política. De la leyenda oficialista de la mutilación de lengua que, se dijo durante años, sufrió Belisario Dominguez a manos de el mejor medico cirujano de su tiempo. Con la participación entusiasta y siniestra de un policía de la “reservada” de Huerta, lease un judicial de hoy. Es la revisión del mito que llego al exceso de plantear que a Dominguez le cortaron una mano y fue capaz de arrojársela a la cara al perverso galeno, o de que le cortaron un índice con el que había señalado a Huerta con su celebre “Yo acuso”.

Pero esta obra es mucho mas que una crónica histórica, es una reflexión sobre la corrupción que nace del poder total y de la imposibilidad de ser ético siendo político. Pero no asustarse, la obra es muy divertida, muy entretenida y emocionante. Claro que el tema y la situación son duros y son expuestos de manera dura pero Olguin logra una obra casi thriller por su capacidad de seducción escénica.

La dirección del mismo dramaturgo es sobria y efectiva, logra dar el tono exacto a su tragedia manteniendo a los actores en un diapasón emotivo alto e intenso con logrados rompimientos que sirven de estimulos para no dejarnos escapar de la tensión. Todo esto en un espacio escénico muy minimalista pero profundamente estético de Gabriel Pascal que además hace una de sus acostumbradas iluminaciones esplendidas, subrayadas por una muy buena proyección de video y un diseño de audio destacados obra de Rodrigo Espinoza.

Bravo para un gran elenco. Rodolfo Guerrero crea un Dr. Urrutia esplendido, poderoso y desaforado, un gran villano escénico como se ven muy pocos y menos aun como , protagonistas. Un trabajo digno de premio. Lo mismo puede decirse del logradísimo Belisario Dominguez de Humberto Solorzano que sobrepasa las dificultades que trae siempre el representar a un personaje histórico en otro trabajo también digno de premio. Entre ambos logran un duelo actoral de esos que da gusto contemplar.

Al lado de ellos el intencionalmente farsico “Matarratas” de Gerardo Taracena, cuya farsa solo exalta lo perverso del personaje, en un trabajo que desespera por lo que nos recuerda de nuestras policías actuales. Felicidades.

Es impactante la actualidad de esta obra que nos hace pensar en política por medio de un muy buen texto perfectamente estructurado. Recibimos una gran cantidad de información histórica, de reflexión ética, de pensamiento político sin sufrir nunca de didactismo. Pienso que la mejor virtud de La Lengua de los muertos como obra teatral es que toma muy en cuenta el aspecto de diversión que debe tener el teatro. Si, una tragedia, aun tocando un tema morboso como la tortura, además de divertir debe capturar la atención del publico y aquí se logran ambas cosas, incluso sin intermedio , el tiempo se pasa volando.

La lengua de los muertos es un espectáculo que debe verse, no solo por su evidente actualidad conmemorativa, sino porque es acudir a gozar de una puesta muy bien lograda en todos los aspectos y de unas actuaciones intensas como ya se disfrutan pocas.

No se quede con las ganas de acudir, vaya a verla a este amable espacio escénico. Vale mucho la pena y tendrá usted mas de un buen tema para discutir. No falte.

martes, 15 de septiembre de 2009

Jugar a Morir.

Jugar a morir


Palabras en imagen

Por

Tespis

Dentro del programa Teatro para todos 2009, una de las mejores y más atrevidas iniciativas del IMSS en muchos años, se presenta en el Teatro Julio Prieto (Xola) la obra “Jugar a morir, Pizarnik en el país de las maravillas” todos los Lunes y Martes a partir de hoy y hasta Noviembre.

Confieso que llegue al teatro sin ninguna actitud, ni buena, ni mala. Y al iniciarse la obra que abre con el personaje de Ostrov sentado en un sillón mientras entra el público, al abrirse el telón, ¡Oh, sorpresa! Se ha iniciado el espectáculo de multimedia escénica y espacios manejados a través de imágenes lanzadas por tres video proyectores, más impresionante y perfecto en ejecución y desarrollo que se ha visto por acá en mucho tiempo. Vamos por partes.

Alejandra Pizarnik como nos informa correctamente el programa (indispensable leerlo por cierto para poder entender) fue una poetisa argentina de los 50’s suicida a los treinta y varios. Con una obra dolorosa y potente, centrada en sí misma y su angustia existencial. Suena denso, lo es, pero, que gran poetisa a la que confieso no conocía en absoluto y que merced a esta obra ahora he comenzado a leer con gran placer.

La obra, original de Zaria Abreu, maneja; a través de diálogos entre la Pizarnik y su sicoanalista Ostrov y consigo misma y sus angustiosas personalidades; el proceso de destrucción mental y emocional que viviera la poetisa, encuadrándolo simbólicamente en el cuento de Alicia en el país de las maravillas. Desde el principio sabemos que estamos navegando en la locura lucida de esta escritora y que finalmente morirá, pero con una dramaturgia novedosa, plena de momentos llenos de teatralidad pura Zaria Abreu nos lleva a conocer y claro, admirar y entender un poco a esta artista, que se une a poetisas dolientes como lo fuera, en otra medida y sentido, Enriqueta Ochoa que no se suicido pero también escribió poesía personalísima a partir de sí misma.

Debo destacar que Zaria es becaria FONCA y por este trabajo más que merecidamente. Pocas veces se ven en escena textos de autentica vanguardia escénica y este es uno de esos.

La puesta en escena, esplendida y reitero de autentica vanguardia, de Gabriel Figueroa Pacheco, nos introduce con un director imaginativo y acucioso, obviamente obsesionado con el detalle. La Puesta y producción física manejan una complejidad y una riqueza visual apabullantes. El escenario estalla visual y emotivamente. Que agradable sorpresa conocer el trabajo de Gabriel.

Aquí su labor como generador y coordinador del gran grupo de colaboradores rinde fruto por el excelente resultado. Disfrutamos un autentico show multimedia con espacios creados a partir de proyecciones fijas o en movimiento. Escuche que se llevaron 4 meses para lograr esa perfección visual. No exagero, la obra en términos de producción no tiene nada que pedir y si mucho que mostrar a OCESA y CNT e incluso a muchos teatristas extranjeros. Por establecer un nexo respecto a la novedad escénica que se ve aquí solo podría comparar con algunas propuestas de Fura del Baus o Els Comediens. El producto final es impecable. De hecho leemos parte de los versos de Pizarnik en las muy bellas imágenes en cambio constante desde el inicio hasta el final de la obra. Destaco los trabajos para lograrlo de Alain Kerriou en escenografía y videoarte, las iluminación de Hugo Heredia, La coreografía de Ramón Solano, el diseño sonoro de Ricardo Cortes, que al lado de sus equipos logran una puesta de avanzada que justifica becas y apoyos.

El elenco es muy bueno, ¡Bravo! Micaela Gramajo en su “Alejandra”, intensa y profunda. Con el compromiso de las buenas actrices, a su lado Tony Marcin en la “Sasha” con una fuerza escénica que no es común. Arnoldo Picazzo en el Ostrov lucha y vence en un rol difícil como interlocutor masculino en un universo mental femenino. Frida Islas y Florencia Sandoval también logran con creces sus respectivos roles con esa frescura que da la experiencia actoral de jóvenes preparadas.

Ahora bien, también los espectadores de teatro tienen edad, me refiero a que existen espectadores adultos con gran experiencia en ver teatro, así como adolescentes e infantes, según la cantidad y calidad de las puestas que hayan visto. Explico esto porque esta es una obra definitivamente hecha y concebida para espectadores adultos o… adolescentes atrevidos, teatralmente hablando por supuesto. Es una obra que si lo modifica a uno como espectador pero que no es fácil ni fácil de digerir. Está en un acto y al final si resulta a mi percepción 20 minutos larga. Por lo mismo y por lo denso del tema y tono puede resultar un poco pesada para algunos. Si, debo decirlo, no es una obra digestiva para ver y olvidar, es un espectáculo que requiere de un público atrevido e inteligente.

En resumen, Jugar a morir, es una esplendida opción para hacer y ver algo interesante los lunes y martes, además a un precio risible de $50.00 pesos solamente y aplican descuentos, francamente no hay pretexto para no acudir. Eso si, repito, es intensa, es densa, un poco larga, maravillosa visualmente y nos permite acercarnos al interior del alma de una intensa y bastante loca artista, pero no es fácil. Así que ya lo sabe, aviéntese una vuelta por el Teatro Julio Prieto para darse el placer de crecer como espectador teatral.